El caso se ha vuelto tendencia mundial y tema de mucha polémica en Hong Kong. Todo comenzó el viernes por la noche, cuando Messi y compañía aterrizaron en esa ciudad para disputar un juego amistoso. La afición se trasladó al aeropuerto y con júbilo celebró la llegada del campeón del mundo.
Al día siguiente, en un hecho sin precedentes, cerca de 45 mil hinchas abarrotaron un estadio para ver entrenar a Lionel Messi (pese a que no era el día del partido). En redes sociales circularon imágenes que muestran cómo los aficionados de Hong Kong llenaron un recinto deportivo para ver a Messi tocando el balón.
LA PESADILLA DEL DÍA SIGUIENTE
Los aficionados asiáticos, ansiosos por ver jugar al que es considerado el mejor jugador de la historia, compraron boletos, pese a que los precios estaban altos. Con camisetas de Inter Miami, Barcelona, PSG y de la Selección de Argentina, los hinchas se trasladaron al estadio.
La sorpresa que se llevaron fue que Messi no saltó al terreno de juego para jugar. Sí estuvo en el banquillo, pero sin la indumentaria respectiva. Acompañado de Suárez y Alba, entre otros, el argentino observó los primeros 45 minutos.
Según medios locales, el acuerdo entre el gobierno de Hong Kong y el Inter Miami era de que Messi debía jugar 45 minutos. Gerardo “Tata” Martino, técnico del conjunto de la MLS, explicó que la ausencia del argentino en el campo fue por una lesión en el isquiotibial.
“Por recomendación de nuestros médicos, Messi no jugó”, indicó el entrenador.