“Llegará el momento de resolver estos crímenes, incluso ante los tribunales internacionales”. En su carta del 2 de marzo al patriarca Kirill, el arzobispo Stanisław Gądecki advirtió que “llegará el momento de resolver estos crímenes, incluso ante los tribunales internacionales”. Agregó que aunque alguien eluda la justicia humana, “hay un tribunal que no se puede eludir”.
El tono de Gądecki fue significativo, dado su marcado contraste con el tono comparativamente neutral utilizado por el Vaticano y el Papa Francisco. La Santa Sede hasta la fecha ha pedido la paz y la vuelta a las negociaciones, e incluso se ha ofrecido como mediadora, pero no ha condenado a Rusia por su nombre ni por su invasión.
El Vaticano tiene una tradición de tal diplomacia, creyendo que puede facilitar mejor el diálogo si no toma partido o llama a un agresor. Sin embargo, en el caso de Ucrania, Francisco ha sido criticado por vender a los católicos ucranianos a expensas de su objetivo a largo plazo de mejorar las relaciones con la Iglesia Ortodoxa Rusa.
Recientemente, en diciembre, Francisco había expresado su esperanza de que pronto se pudiera organizar una segunda reunión con Kirill, después de su histórico encuentro en 2016, el primero entre un Papa y el patriarca ruso.