Milicias parapoliciales incendiaron más de 30 autobuses y la cabina de un tren en Rio de Janeiro, lo que obligó a suspender el transporte público y paralizó el tráfico, en protesta por una operación policial que mató a uno de sus miembros.
Las fuerzas policiales detuvieron a 12 sospechosos de acciones terroristas y la alcaldía decretó el estado de atención, el tercer nivel en una escala de cinco por los desastres causados.
El gobernador del estado de Rio de Janeiro, Claudio Castro, indicó que la quema de buses fue la respuesta de grupos criminales luego de que las fuerzas policiales dieran esta mañana un duro golpe a una de las mayores milicias de la zona oeste de la ciudad.
La operación acabó en la muerte de alias Faustão, un sobrino y mano derecha de Zinho, un presunto jefe de milicias en la zona oeste de Rio. Según Castro, Faustão era conocido como señor de la guerra, responsable por la guerra de la facción y por la unión entre tráfico y milicias, creando las narcomilicias.
Los criminales comenzaron a prender fuego a las unidades de transporte público, según las autoridades.
El gobernador advirtió al crimen organizado a no desafiar al Estado y prometió seguir combatiendo a las milicias de Rio de Janeiro. Pero dio a entender que el problema es mayor, al acusar a esas organizaciones de ser verdaderas mafias nacionales.
El gobernador informó que 12 personas fueron detenidas por acciones terroristas por incendiar las unidades de transporte.
La alcaldía de Rio de Janeiro decretó el estado de atención debido a repercusiones relevantes en la infraestructura y logística de la ciudad que afectaron a la población.