Más de 600 bomberos y seis aviones cisterna luchaban contra las llamas en la región de Cataluña mientras el pronóstico meteorológico indica que España está por llegar a lo peor de la reciente ola de calor, con temperaturas que podrían superar los 40 grados Celsius (104 Fahrenheit) en la zona.
El descenso de las temperaturas durante la noche permitió que las cuadrillas frenaran el avance del fuego, explicaron las autoridades, y añadieron que éste es el incendio más grave en dos décadas. Unas 20.000 hectáreas (50.000 acres) están en peligro.
Investigadores creen que el fuego comenzó con la combustión espontánea en un montón de estiércol de gallina en una granja.
Miquel Buch, consejero de Interior del gobierno regional, pidió a la población que tenga máxima precaución en áreas boscosas porque los bomberos están al límite y “no podemos permitir otro incendio”.
Las autoridades atendían a unas 500 personas que fueron desalojadas el día previo. Entre ellos hay personas de la localidad además de británicos, belgas, alemanes, brasileños y estadounidenses.