El Departamento de Estado de Estados Unidos acordó pagar USD 144.5 millones (unos mil ciento veintisiete millones de quetzales) a las familias de las víctimas mortales de una masacre que ocurrió en el interior de una iglesia en el Estado de Texas en el 2017; para resolver un proceso por negligencia en su contra.
Derivado de una denuncia de los familiares de las 26 víctimas mortales, así como de los más de 75 sobrevivientes, que los señalaron ante la justicia por negligencia policial; debido a que no impidieron que el responsable de la masacre comprara un arma, pese a que la ley se lo impedía por antecedentes de violencia doméstica.
De acuerdo con la ley federal de Estados Unidos, las personas condenadas por violencia doméstica no pueden comprar armas de fuego, pero en este caso, los responsables no transmitieron el expediente de esta persona a la policía federal que es la entidad que verifica los antecedentes penales previo a la venta de armas.
El acuerdo, aún debe ser aprobado y sancionado por un tribunal.
Irrumpió en una misa y abrió fuego
Este es uno de los tantos casos de tiroteos que se registran en Estados Unidos. Ocurrió el domingo 5 de noviembre de 2017, cuando el exmilitar Devin Kelley abrió fuego en contra de los fieles que asistían a misa en una iglesia de la pequeña localidad de Sutherland Springs, en Texas, Estados Unidos.
El exmilitar de 26 años había sido condenado en 2012 por un tribunal castrense por violencia doméstica contra su esposa y el hijo de ella; así mismo estuvo internado en una clínica psiquiátrica tras amenazar de muerte a sus superiores.
En el hecho murieron 26 personas, y otras 22 resultaron heridas; y se contabilizan 75 que sobrevivieron al ataque.
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Devin Kelley responsable de la masacre en una iglesia en Texas.