Un espíritu festivo reinaba en el país, donde multitud hombres y mujeres vestidos de colores alegres acudían a centros de votación fuertemente protegidos.
Los votantes de 18 estados indios y dos Territorios de la Unión estaban llamados a las urnas en el mayor ejercicio democrático del mundo, el primer día de unas elecciones en siete fases escalonadas durante seis semanas en un país de 1.300 millones de personas.
Los partidarios de Modi afirman que el mandatario, hijo de un vendedor de té del estado de Gujarat, ha mejorado la posición del país. Pero sus detractores alegan que el nacionalismo hindú de su partido ha agravado las tensiones religiosas en India.
La votación en la primera jornada es importante para el partido en el gobierno, que ganó solo 32 de los 91 escaños disponibles en las elecciones de 2014. El BJP aspira a mejorar la cifra este año.
El partido de Modi invocó sus raíces nacionalistas hindúes y llamó la atención sobre la amenaza de Pakistán, un país de mayoría musulmana y el principal rival de India. En torno al 80% de los habitantes de India son hindúes.
Aunque el país sigue siendo una de las economías que más rápido crece en el mundo, la gestión económica del gobierno se ha visto cuestionada.