India y Pakistán protagonizaron un duelo de artillería en la frontera militarizada que comparten en Cachemira el miércoles, reanudando la violencia pese a los esfuerzos diplomáticos dirigidos a disminuir las tensiones.
Ambas partes se acusaron mutuamente se iniciar el intercambio de fuego de artillería, morteros y armas cortas. De inmediato no se reportaron bajas.
Las tensiones han ido en aumento desde que aviones de guerra de la India cruzaron a Pakistán la semana pasada para bombardear posiciones de milicianos acusados de haber perpetrado el ataque suicida del 14 de febrero en Cachemira, en que murieron 40 soldados de la India.
En represalia, Pakistán derribó dos aviones indios y capturó a un piloto, que fue devuelto luego en un gesto de buena voluntad. Los dos países además reanudaron los servicios de trenes y autobuses que quedaron interrumpidos tras la erupción más reciente, la más grave desde 1999.
En otro indicio de que Pakistán quiere reducir las tensiones con la India, sus fuerzas de seguridad arrestaron a docenas de personas, entre ellas el hermano del líder del grupo Jaish-e-Mohammad, que se atribuyó el atentado en Cachemira.
Entre los detenidos estaban también el muftí Abdul Rauf y Hammad Azhar, dos miembros del grupo que estaban en una lista de sospechosos entregada por India a Pakistán el fin de semana.
El miércoles, Pakistán continuó una ofensiva contra seminarios, mezquitas y hospitales vinculados a grupos ilegalizados, afirmando que se trata de una campaña contra el terrorismo y el extremismo. En Islamabad, las autoridades además confiscaron una mezquita y un dispensario administrados por Jamaat-ud-Dawa, un grupo caritativo dirigido por un clérigo anti-India, Hafiz Saíd, que es considerado una fachada de Lashkar-e-Taiba, el grupo radical al que se le atribuye el ataque en Mumbai en el 2008 en que murieron 166 personas.