El Informe sobre población 2024 elaborado por la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) destaca una importante fase de crecimiento de habitantes en edad productiva en Guatemala hacia el 2050.
Lo cual representa una oportunidad importante para impulsar el crecimiento económico, así como la productividad y desarrollo, tomando en cuenta que el crecimiento incluye “una proporción significativa de su población en edad de trabajar”.
De esa cuenta sugiere mejoras para impulsar el empleo, la inversión en educación y los desafíos que se deben superar en esta etapa.
Inversión para incrementar la productividad y el empleo
Entre los hallazgos que estableció el análisis, está el de la necesidad de incrementar la productividad y el empleo, debido a que dos terceras partes del crecimiento per cápita del Producto Interno Bruto (PIB) se han producido en los últimos cinco años por el crecimiento de la población en edad de trabajar, lo cual disminuirá de manera progresiva en el futuro.
“Para sostener e incrementar el crecimiento del PIB es necesario que el país haga inversiones para lograr contar con una fuerza laboral más productiva (en salud, educación, protección social e infraestructura), pero también que permitan mayor participación laboral de las mujeres y las personas jóvenes en el empleo”.
Educación
El informe hace hincapié en la inversión en educación y formación secundaria para aprovechar al máximo al máximo el bono demográfico, es decir, esta fase de crecimiento de la población.
“El análisis sugiere que el acceso a una educación de calidad y programas de capacitación adecuados son fundamentales para desarrollar una fuerza laboral altamente competente y adaptable a los cambios actuales, así como para incrementar la participación de las y los jóvenes en la sociedad.
Se debe poner fin a los embarazos en adolescentes
Uno de los desafíos más grandes que debe superar el país para aprovechar al máximo el bono demográfico, según este estudio, es el de poner fin a los embarazos en adolescentes.
“Una elevada fecundidad adolescente compromete las oportunidades que ofrece el bono demográfico par el país”, apunta el análisis.
Asimismo estima que la pérdida anual por ingresos de las mujeres, impuestos no percibidos y gasto público en salud derivado del embarazo en adolescentes es equivalente a un 0.28% del PIB, lo que representa 265.9 millones de dólares.
“Es decir, cada 4 años, los embarazos en adolescentes le cuestan a la sociedad guatemalteca más de 1 mil millones de dólares.”.
Datos y cifras clave del Análisis de Situación de Población 2024
- Las proyecciones demográficas indican que para el año 2050, se prevé que la población de Guatemala supere los 22 millones de habitantes. Además se estima que en 2079 la cifra ascenderá a 27.2 millones, el número más alto que alcanzará el país, según las estimaciones de las Naciones Unidas.
- Se espera que la población adulta de 65 años o más se incremente hasta 2.7 millones de personas en el 2050.
- En Guatemala, la cantidad de hijos por mujer disminuyó de 5.5 a casi 3 (2.7) entre 1990 y 2018. Se espera que esta cifra siga bajando y llegue por debajo del nivel de reemplazo (2.1 hijos por mujer) para el año 2030.
- Durante 2021, el segundo año de la pandemia de COVID-19, la Razón de Mortalidad Materna -RMM- experimentó un aumento, alcanzando las 122 muertes maternas por 100,000 nacidos vivos. Los datos recientes, muestran, a partir de 2022, una reducción significativa de las muertes maternas.
- El flujo migratorio de personas guatemaltecas que se dirigen al exterior es constante y con una tendencia de crecimiento permanente en su volumen. Según estimaciones del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (UN DESA) (2022) el promedio de la tasa neta de migración por 1,000 personas para el período de 2012 a 2021 fue de -2.5, equivalente a 41,000 migrantes anuales.
- Según datos del último censo de población y vivienda (2018), el número promedio anual de jóvenes migrantes se incrementó 3.2 veces entre 2002 y 2018. Además, el 77.5% de las personas emigrantes internacionales eran hombres.