La UE ha respondido con frialdad a un plan británico para mantener una frontera abierta en Irlanda después de que Gran Bretaña abandone el bloque de 28 naciones. Ambas partes acordaron que no debe haber controles ni infraestructura en la línea entre Irlanda, miembro de la UE, e Irlanda del Norte, que forma parte de Reino Unido.
El plan británico establecería controles aduaneros, aunque podrían realizarse lejos de la frontera.
La UE decidirá al final de la semana si es posible un divorcio amistoso, según el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
Johnson ha instado al bloque a alcanzar un compromiso y afirma que Gran Bretaña abandonará la UE en la fecha prevista del 31 de octubre, tanto si hay un acuerdo como si no.