Después de un partido a veces a los jugadores les resulta imposible esconder su calentura, sobre todo si perdieron y si encima sintieron que el árbitro influyó en el resultado o no tuvo su mejor actuación. Parece que fue esto lo que sucedió en el fútbol turco donde se vio la expulsión más insólita que encima fue una vez finalizado el encuentro.
Gençlerbirliği recibía al Sakaryaspor por la fecha 19 de la Segunda División. El encuentro tuvo algunos fallos polémicos por parte de la terna arbitral, que incluyeron una expulsión en el minuto 23 del complemento. Todo terminó con derrota por 3-1 del conjunto visitante. Cuando el juez dio el pitazo final, Murat Cem Akpinar, mediocampista del Sakaryaspor, se acercó para darle la mano y saludar al colegiado, pero cuando este iba a hacerlo sacó la mano, como la clásica broma del ‘oso’.
Entonces, sin mediar palabra el jugador del equipo perdedor se dio media vuelta y emprendió su camino a los vestuarios. Esta insólita situación no le gustó para nada al árbitro que sacó de su bolsillo la segunda amarilla y obviamente la roja para sancionar al futbolista, que aunque notó lo que estaba sucediendo lo ignoró completamente y siguió su camino.