La migración hacia Estados Unidos a través de la selva del Darién, en la frontera entre Panamá y Colombia, no se va a detener, a pesar de las nuevas regulaciones de Washington y de los peligros de una inhóspita ruta donde las muertes van en aumento.
La frontera natural del Darién, de 266 km de largo y 575 mil hectáreas de superficie, se ha convertido en un corredor para los migrantes sudamericanos que tratan de llegar a Estados Unidos recorriendo América Central y México.
- Según el departamento de Migración de Panamá, desde el pasado 1° de enero hasta el 8 de agosto más de 267 mil personas habían cruzado el Darién, pese a que Estados Unidos advirtió que no admitirá migrantes que ingresaran de manera irregular al país centroamericano.
Esa cifra pulveriza el récord de todo el año anterior, cuando 248.000 migrantes atravesaron la jungla panameña en busca del “sueño americano”.
A este ritmo, el gobierno panameño prevé que a final de año unos 400.000 migrantes habrán atravesado el Darién.
El 12 de mayo, Estados Unidos abrió una nueva era migratoria al comenzar a aplicar mano dura a los migrantes que llegan eludiendo las “vías legales”. Paralelamente, México suspendió las autorizaciones de tránsito que permitían a los aspirantes de asilo en EEUU avanzar hacia el norte.
Fallecidos en aumento
También el número de migrantes muertos en Panamá aumentó en comparación con 2022, según las autoridades.
La cifra de 2023 incluye a 37 migrantes muertos en febrero al volcar un autobús cerca de la frontera con Costa Rica. Allí también fallecieron dos panameños, el conductor y su ayudante.
El Darién está plagado de peligros como animales salvajes, ríos caudalosos y bandas criminales que roban a los migrantes o les exigen pagos para guiarlos en su ruta.
En rigor, el gobierno panameño desconoce el número exacto de migrantes muertos por lo inaccesible de la selva, la falta de denuncias o el abandono de los cuerpos, que a veces son devorados por animales.
Situación alarmante
La mayoría de los migrantes que ingresaron este año a Panamá por la selva son venezolanos (más de 150 mil), ecuatorianos (37 mil) y haitianos (más de 34 mil), aunque también hay asiáticos, principalmente de China, y africanos, sobre todo de Camerún.
- Del total, 21 por ciento son menores de edad. De ellos, la mitad tiene cinco años o menos.
Del Darién muchos migrantes salen heridos, deshidratados, en estado de shock, con alergias severas y complicaciones de embarazos, según organismos internacionales.
La situación en el Darién “es alarmante”, advirtió recientemente el director de Unicef para América Latina y el Caribe, Garry Conille.
La ayuda no da abasto
La migración es estimulada por la violencia, inseguridad, pobreza, crisis políticas y, cada vez más, por el impacto del cambio climático en los países de origen.
Para atender a los miles de migrantes que arriban, el gobierno panameño abrió varios albergues a lo largo del país, con apoyo de organismos internacionales.
Además, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) entregó a las autoridades este año un centenar de nichos para migrantes en el cementerio de un pueblo próximo a la selva. Restos de 30 personas ya reposan en el lugar.