Aevin Dugas, de 47 años y originaria de Luisiana, está acostumbrada a la sensación de sorpresa que causa su cabello, que mide una circunferencia de 1.65 metros y 25 centímetros de alto, razón por la cual no pasa desapercibida en ningún lugar.
Cansada de utilizar productos químicos y escuchar que estos están relacionados con el cáncer, Dugas dejó crecer su melena durante veinticuatro años con su fisionomía natural.
La decisión no fue ganar el récord: “No decidí dejarme crecer un afro tanto como decidí volverme natural”, aseguró a Guinness. “Se trata del orgullo por el cabello texturizado que conduce al amor propio”, manifestó.
Aevin comenta que después de unos años comenzó a codiciar el récord Guiness por el cabello más largo, particularmente porque algunas culturas han asociado históricamente la belleza con el cabello liso.
Asegura que a veces le es difícil visualizar de forma periférica por la dimensión de su cabello, pero utiliza diversos estilos y el afro no lo aplica tan seguido porque puede lucir demasiado despampanante.
El cuidado que aplica es el de hacer tratamientos con aceites calientes y mantecas naturales, esto antes de lavarlo y peinarlo por lo menos siete cada siete días. “Tengo cuidado con las puntas porque son las partes más delicadas y antiguas”.
“La gente tiene diferentes reacciones a mi afro”, asegura. “Algunos simplemente lo ven fijamente, otros hablan cosas halagadoras, algunos otros miran y hacen preguntas, pero hay otros que simplemente lo halan para percatarse de que sea real”.