Hace dos meses, Liverpool desperdició la oportunidad de tomar una ventaja de 10 puntos en la cima de la Liga Premier inglesa. El domingo, los Reds sufrieron un nuevo tropiezo, con un deslucido empate en el derbi de Merseyside, y no son más los líderes del torneo.
Con nueve fechas por disputar, Manchester City es ahora el puntero. Los campeones defensores lucen en ventaja para retener el título.
El City se ubica un punto encima de Liverpool, gracias a la victoria por 1-0 que consiguió el sábado en Bournemouth. En tanto, los Reds igualaron el domingo sin goles frente al Everton.
Y lo peor es que este 0-0 no lució como una anomalía en la marcha reciente de Liverpool, que busca conjurar una sequía de títulos de liga de 29 años. Más bien pareció la continuación de una tendencia por parte de los dirigidos por Jurgen Klopp, quienes han empatado cuatro de sus últimos seis compromisos en la Premier.
Así, el conjunto del español Pep Guardiola tiene ahora la iniciativa.
Para Klopp, la culpa es de las condiciones meteorológicas, no de los jugadores.
“Fue un partido mucho muy difícil por diferentes motivos”, dijo el alemán a la televisión. “Un rival tremendo y, ya sé que a la gente no le gusta que diga esto, pero el viento sopló desde diferentes direcciones. Habrán visto eso en muchas situaciones”.
“Ello no ayuda a jugar al fútbol, especialmente cuando el balón está en el aire, lo que sucedió a menudo. En un partido que fue difícil de controlar por todas estas cosas, creo que tuvimos tres o cuatro buenas oportunidades”.