El drama del Brexit se prolongó el miércoles cuando la primera ministra Theresa May y el principal partido de oposición trataron de llegar a un acuerdo para evitar un aparatoso divorcio entre Gran Bretaña y la Unión Europea.
En un vuelco que dejó furiosos a los partidarios del Brexit en el Partido Conservador de May, la dirigente trató de llegar a un consenso con el líder laborista Jeremy Corbyn luego que el parlamento rechazó su acuerdo tres veces.
May además anunció que le pedirá a la UE postergar nuevamente la fecha de separación a fin de evitar un divorcio anárquico el 12 de abril.
“El país necesita una solución, el país merece una solución, y estoy haciendo esfuerzos para encontrarla”,
dijo May a los legisladores el miércoles antes de reunirse con Corbyn por dos horas.
Poco después, tanto el gobierno como los laboristas calificaron el encuentro de “constructivo” y anunciaron nuevas conversaciones para el jueves.
El despacho de May expresó que ambas partes mostraron “flexibilidad y compromiso para poner fin a la incertidumbre actual que caracteriza el tema del Brexit”.
Corbyn ofreció una apreciación más reticente, afirmando solo que “el encuentro fue útil, pero no concluyente… No hubo el cambio que yo esperaba”.
El vuelco de May la dejó en una posición difícil, entre los conservadores furiosos porque está desechando en Brexit, y la oposición desconfiada de su súbito cambio de parecer.
Paul Sweeney, parlamentario laborista, dijo que el llamado al diálogo formulado por May “muestra lo desesperada que está” y que la primera ministra “quiere que la rescaten del hueco en que ella misma se metió”.