Los mandatarios de México y España dijeron el miércoles que esperan estar en una postura para actuar como mediadores y resolver la crisis política en Venezuela, pero también revelaron diferencias en su estrategia.
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador reiteró la política de no intervención de México durante una conferencia conjunta con el presidente de España Pedro Sánchez.
El gobierno de López Obrador fue criticado por algunos al no unirse a los otros países en reconocer al líder de la oposición Juan Guaidó, quien se declaró presidente encargado de Venezuela. López Obrador dijo que la política exterior de México protege al país de la intervención de otros gobiernos en sus asuntos.
Agregó que él y Sánchez esperan que sus gobiernos estén en una posición para mediar las conversaciones en Venezuela.
“Estaríamos hasta en condiciones de participar si nos solicitan para que puedan sentarse las dos partes en conflicto y dialogar sin condiciones”, dijo López Obrador.
Sin embargo, España se sumó a Francia, Gran Bretaña y Alemania el sábado al decir que reconocerían a Guaidó como presidente a menos que Venezuela convocara a elecciones en ocho días.
Sánchez dijo que está de acuerdo con líderes de otros países europeos en tomar una postura que acabe con el sufrimiento del pueblo venezolano.
“El gobierno de España no quiere quitar o poner gobiernos”, dijo Sánchez. “El gobierno de España lo que quiere es que por métodos democráticos, con unas elecciones justas, limpias, transparentes, la sociedad venezolana encuentre una salida a la crisis que vive desde hace ya muchos años”.