Las remesas continúan teniendo un impacto en la economía del país. Los compatriotas que envían remesas, principalmente de los Estados Unidos, envían un 13 por ciento de su salario. Así lo resalta un informe del Banco de Guatemala (Banguat).
Este valor es superior a países de la región, como México que es un 5 por ciento, El Salvador u Honduras, que ronda entre 8 y 10 por ciento.
Johny Gramajo Gerente Económico del Banco de Guatemala, dijo que con base a información recibida de fuentes internacionales entre ellas el Banco Mundial, el Banco Internacional de Desarrollo y la Organización Internacional de Migraciones, han determinado que alrededor del 13 por ciento de lo que reciben los migrantes es enviado a Guatemala en forma de remesa familiar.
En el estudio resalta que la intención de la mayoría de guatemaltecos migrantes es regresar al país.
A diferencia de otros países de la región como Honduras y El Salvador, la migración a los Estados Unidos es Joven, empezó a ser más intensa en 2001.
Asimismo, se contempla que mayo tenga una cifra récord en la recepción de dólares, respecto a lo que se recibió en 2023. Esto se deriva de la celebración por el Día de la Madre.
Datos
El dinero enviado por inmigrantes centroamericanos en Estados Unidos a sus familiares ha subido a niveles récord y representa un cuarto del PIB combinado de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Las remesas hacia los cuatro países pasaron de 19 mil 006 millones de dólares en 2017 a 41 mil 823 millones en 2023.
Un alza que se explica por la mayor emigración hacia Estados Unidos y otros países, destacan analistas.
Se desconoce la cifra exacta de centroamericanos que viven en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos, pues miles lo hacen de manera irregular.
Según estimaciones de organismos internacionales y oenegés, la cifra bordea los 10 millones, una cuarta parte de su población.
“La gente, al no encontrar oportunidades dentro del país, se ve obligada a irse”, señalan economistas.
Las remesas ahora representan casi el 27 por ciento del PIB en Honduras, 26 por ciento en Nicaragua, 24 por ciento en El Salvador y casi 20 por ciento en Guatemala.