Esta madrugada fue puesta en marcha la misión espacial Artemis I a cargo del equipo de la NASA quien dio verde al lanzamiento desde el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral (Florida).
Esta ocasión también es particular para Guatemala, pues la misión está compuesta por un experimento útil para los próximos astronautas.
El objetivo de esta misión no tripulada, es probar las capacidades del cohete SLS y de la nave Orión antes de un viaje tripulado.
Esa misión ya tripulada esta prevista para el año 2024.
Esta misión ocurre cincuenta años después de la última misión de Apolo, este vuelo sobrevolará la Luna sin aterrizar en su superficie, busca confirmar si el vehículo es seguro para una futura tripulación.
La misión durará 25 días
Después del despegue del cohete que lleva la cápsula Orión, será impulsada por dos propulsores y cuatro motores.
Después de un último envión, la cápsula estará camino a la Luna, a la que tardará varios días en llegar.
Allí se colocará en una órbita distante, hasta 64 mil km detrás de la Luna, más lejos que lo efectuado por cualquier otra nave espacial tripulada a la fecha.
Luego la cápsula iniciará su regreso a la Tierra. Un escudo térmico, el más grande jamás construido, tendrá que soportar una temperatura equivalente a la de la mitad de la superficie del Sol cuando atraviese la atmósfera.
Se estima que la nave regrese el 11 de diciembre en aguas del océano Pacífico.
El experimento guatemalteco
El aporte guatemalteco a la misión está compuesto por un hardware espacial, una pieza de termoplástico, material que puede soportar temperaturas extremas.
El trabajo estuvo a cargo de Eileen Meda, una estudiante de Ingeniería Mecánica Industrial de una Universidad del país.
Este hardware, desarrollado en BioServe Space Technologies, permitirá un experimento biológico llamado Genómica de la radiación en el espacio profundo (DSRG en inglés).
El departamento de Ciencias Biológicas y Físicas (BPS en inglés) de la NASA seleccionó el experimento guatemalteco.
Este será un experimento biológico que llevará células de levadura que serán expuestas a la radiación cósmica durante el viaje y se estudiará su efecto sobre el ADN de estas.
Luis Zea, ingeniero y científico guatemalteco que se desempeñó en jefe de implementación e investigador principal en proyectos de BioServe Space
“La razón por la cual estamos hablando levaduras es porque más del 70 por ciento de su genoma tiene equivalentes en el genoma humano“, dijo Zea en un artículo de la NASA.