En respuesta a las recientes declaraciones del Equipo de Investigación Conjunto (JIT, por sus siglas en inglés) sobre una posible participación de militares rusos en el derribo del avión malasio en el cielo de Ucrania en verano de 2014, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha lamentado que “una vez más se están realizando acusaciones absolutamente infundadas con el fin de desacreditar a la Federación de Rusia ante la comunidad internacional”.
“Al igual que en anteriores ruedas de prensa del JIT, esta vez tampoco se presentó ninguna evidencia concreta que respalde estas afirmaciones ilegítimas”, han aseverado desde el ministerio ruso.
“Es obvio que el JIT sigue limitándose a argumentos poco inteligibles, formulados, entre otras cosas, con base a cuestionables fuentes de información. Al mismo tiempo, los datos proporcionados a la investigación por la parte rusa se siguen ignorando obstinadamente”, prosigue el comunicado.
“Es más, los representantes del JIT declaran que Rusia se niega a cooperar de manera plena. Rechazamos fuertemente tales acusaciones. Desde el primer día de la tragedia, la Federación de Rusia ha estado interesada en sumo grado en establecer la verdad y está dispuesta a brindar asistencia integral a la investigación”, indica el documento.
El ministerio ha hecho hincapié en que Rusia ha estado cooperando activamente con Países Bajos y ha proporcionado toda la información a su disposición acerca de la catástrofe del MH17.
“Como parte de este trabajo, las agencias especializadas rusas llevaron a cabo un gran cantidad de trabajos sin precedentes: desde la desclasificación de datos sobre equipos militares rusos y la realización de un complejo experimento por parte del consorcio Almaz-Antei, hasta la transmisión de datos de radar primarios y de la documentación que prueba la identidad ucraniana del misil que derribó al Boeing malasio, así como de exámenes de alta precisión que prueban la falsedad de los materiales de video en los que el JIT basa sus conclusiones”, reza el comunicado.
Rusia ha reiterado que desde el principio se ofreció a participar en la investigación de la catástrofe. “En cambio, los investigadores internacionales negaron a Moscú una participación de pleno valor en el JIT, dando a los esfuerzos de la parte rusa solo un papel secundario”. Por el contrario, sí convirtieron a Ucrania en un miembro de pleno derecho del JIT, lo que “le dio la oportunidad de falsificar pruebas y también de evitar la responsabilidad de no cerrar su espacio aéreo”.
En estas circunstancias, la parte rusa sigue teniendo “preguntas justas sobre la calidad del trabajo del JIT”. Pero a pesar de las preocupaciones sobre la parcialidad del proceso, Moscú “continuará colaborando en la investigación para establecer la verdad sobre el derribo del vuelo MH17 y que los verdaderos culpables del suceso será justamente castigados”.