Los manifestantes que protestaban en varias zonas de Myanmar contra el alzamiento militar del mes celebraron pequeñas marchas pacíficas antes del amanecer el martes, evitando la confrontación con las fuerzas de seguridad, que han disparado y matado a decenas de sus compatriotas en los últimos días.
Sin embargo, la tensión seguía siendo alta en la ciudad más grande del país, Yangón, donde se ha registrado un mayor número de víctimas. Según varios reportes no confirmados, la policía habría vuelto a disparar a inconformes en la ciudad.
Naciones Unidas dijo el lunes que al menos 138 manifestantes fueron asesinados en Myanmar desde el golpe de Estado militar del 1 de febrero. La cifra incluye a los 38 muertos del domingo, la mayoría en la zona de Hlaing Thayer de Yangón, señaló el vocero de la ONU Stephane Dujarric.
Otras estimaciones creíbles elevan el número de fallecidos. La Asociación para la Asistencia a Presos Políticos, un grupo independiente, apuntó que 183 personas han perdido la vida desde el levantamiento que derrocó al gobierno electo de Aung San Suu Kyi.
El secretario general de la ONU, António Guterres, “condena enérgicamente esta violencia contra manifestantes pacíficos y la contibua violación de los derechos humanos fundamentales del pueblo de Myanmar”, agregó Dujarric.
El golpe revirtió años de lentos avances hacia la democracia en un país que durante cinco décadas languideció bajo un estricto gobierno militar que derivó en aislamiento y sanciones internacionales.
En algunas zonas, los manifestantes han empezado a usar recientemente tácticas para evitar enfrentamientos violentos. El martes, reportes en redes sociales documentaron marchas a la luz de las velas antes del amanecer en Mawlamyaing, en el estado suroriental de Mon.
Otra de las tácticas ha sido emplear letreros representando a manifestantes humanos, colocándolos en filas ordenadas en zonas públicas, como hizo el martes grupo de ingenieros en la segunda ciudad más grande del país, Mandalay.
El martes en la mañana hubo otras protestas pacíficas más convencionales, que se saldaron sin incidentes, en Monywa y Ye-U, en el centro del país; en la ciudad de Loikaw, en el estado oriental de Kayaw, y Kalaw, en la región de Estado Shan, también en el este.
Para complicar los esfuerzos de organizar nuevas protestas, además de la cobertura mediática de la crisis, el servicio de internet móvil se suspendió el domingo en la noche, aunque se podía acceder a través de conexiones de banda ancha fija.
Por AP.