De acuerdo con estudios recientes que realizan entidades que brindan apoyo a la mujer; los nacimientos de bebés incrementaron de manera importante durante la pandemia del COVID-19.
La Doctora Mirna Montenegro, del Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva (OSAR) señaló que este incremento puede atribuirse a que por la pandemia; muchas mujeres tuvieron dificultad para acceder a métodos de planificación familiar.
Con el tema del COVID-19 la consulta externa ha tenido dificultades y con ello también el acceso a las clínicas de planificación familiar; lo cual afectó a las mujeres que se inyectan o toman pastillas, pues el servicio de salud estuvo cerrado y el confinamiento influyó en que hubiera embarazos no deseados”, indicó.
La planificación es un derecho humano
La doctora Montenegro enfatizó que la Planificación Familiar es un derecho humano que va a marcar la vida de familias y especialmente de mujeres; y que en Guatemala está fundamentado en ley.
No obstante señala que en el país la mujer es la que lleva la responsabilidad de la planificación y muestra de ello es que existen alrededor de ocho métodos para ellas, versus dos para hombres.
Pese a esta responsabilidad, hay mujeres que todavía deben pedir permiso al esposo o pareja sentimental para aplicarse un método de planificación.
Hablamos de demanda insatisfecha, cuando nos referimos a las mujeres que no quieren tener un hijo en los próximos dos años, pero no pueden usar método de planificación porque el esposo no las deja porque el servicio de salud no la oferta o no tienen acceso a información que les permita tomar la decisión”.
Agregó que en el área metropolitana de Guatemala existe 14% de demanda insatisfecha, lo cual significa que 1.5 mujeres de 10 no pueden acceder a un método de planificación familiar. Mientras que en el área rural son tres de cada diez, las que no tienen acceso.
Con información de Mariana Martínez**