La menor de cuatro años continúa recluida en la pediatría del Hospital Roosevelt, bajo la atención de una unidad multidisciplinaria que le brinda asistencia psicológica, cirugía pediátrica ginecológica y otras especialidades que le ayudarán en su recuperación.
El acompañada por sus padres, quienes esperan el seguimiento que las autoridades den a este tema.
Las autoridades del nosocomio detallaron que la niña se encuentra ingresada en la clínica de violencia sexual y que el caso está en manos del Ministerio Público (MP) y el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) para realizar las pruebas correspondientes.
Cifras alarmantes
El caso ocurrido ayer en San José Pinula, es solo uno de los que se encuentran en los registros de Inacif, respecto a las pruebas practicadas a menores por casos relacionados con violencia sexual. Otto Rivera de la Coordinadora Institucional de Promoción por los Derechos de la Niñez (CIPRODENI), dijo que ha habido muchos más casos.

En los últimos 4 años se registran más de 2 mil 885 casos de examenes forenses practicados a niñas en rango de edad entre 1 y 4 años. Y un dato más alarmante aún es que en 2019 se practicaron 37 examenes forenses a niñas menores de un año bajo la presunción de abuso y o violencia sexual.
Algo estamos haciendo mal, muchas cosas estamos haciendo mal como sociedad guatemalteca contra la niñez y la adolecencia. La semana recién pasada fue una niña de 2 años que murió después de una violación dura, cruenta en Paraguay, hace unos días fue Fátima de 7 años de edad en México; todos los días estamos registrando este tipo de casos en América Latina y lamentablemente Guatemala, no es la excepción”.
Sociedades reproductoras de violencia
Respecto a los motivos que conducen a un niño a actuar de esta manera, Rivera habló sobre una hipótesis relacionada a la reproducción de los hechos que ven o viven. -En este caso este niño de 12 años, está haciendo una reproducción de una conducta, dice el profesor Pierre Bourdieu que lo que tenemos son sociedades reproductoras de violencia y las chicas y los chicos reproducen esos actos-, destacó.
Lo que estamos viendo es la reproducción de una conducta así, la réplica de algo que él vió, vivió o está viviendo y lo que hace es que lo aplica desborda toda esa frustración y esa violencia que se ejerce contra él, contra alguien mucho más frágil menor que él; no solo en edad, sino en corpulencia, en fuerza física a quien sí puede ejercerle esa expresión de violencia sistemática, en este caso violencia sexual”.
Agregó que en este caso la ayuda psicológica para los dos menores es fundamental y determinante.
En este caso no solo la niña necesita atención psicológica, él también. No solo es la condena del acto sexual cometido contra una niña de 4 años de edad, sino descubrir qué cosas le están afectando a él en su comportamiento físico y psicológico”.

PNC impidió que el menor fuera quemado por la turba enardecida.
Prevención
En cuanto al tema de prevención, Rivera reiteró que en Guatemala urge una educación integral en sexualidad, -y aquí es una crítica y autocrítica a madres y padres de familia. Nosotros no estamos educando en sexualidad a nuestros hijos, no es tema de señalar a las niñas que resultan violadas, abusadas, embarazadas-, destacó.
Hemos conversado anteriormente que desde la perspectiva de CIPRODENI, solo un tercio de las menores abusadas y violadas resultan embarazadas pero es una muy clara señal de alerta, un llamado de atención, el país necesita sí o sí, educación integral en sexualidad”.
Agregó que sumado al sistema educativo se necesita un sistema nacional de protección y garantía de derechos, asi como 340 sistemas municipales de prevención, que integren a los niños en las discusiones de temas de país que a ellos les competen, la sexualidad es uno de ellos.
