Un niño de tres años perdió la vida luego de permanecer una semana en estado crítico en un sanatorio de la ciudad argentina de Neuquén, tras haber quedado encerrado en el auto de su padre por seis horas.
El hecho ocurrió el pasado lunes 11 de marzo, cuando el padre del niño, llamado Gennaro, estacionó su auto y se fue a trabajar, dejando al niño adentro, atado a su butaca y con las ventanillas cerradas.
Fue su madre quien, al descubrir a Genaro desvanecido dentro del automóvil, alertó a las autoridades. El pequeño fue trasladado de inmediato a la clínica San Lucas de la ciudad de Neuquén, pero el daño neurológico causado por el sofocamiento resultó irreversible, cobrando su vida una semana después.
Las cámaras de seguridad de la zona captaron el desgarrador momento en que el padre se alejaba del vehículo, cerrándolo y dejando al niño en su interior. Los investigadores han revelado que Gennaro presentaba marcas en su cuerpo, lo que sugiere que realizó intentos desesperados por liberarse mientras se encontraba en una de las butacas traseras.
El caso quedó a cargo de la fiscal Valeria Panozzo, quien entre sus primeras medidas, solicitó las cámaras de seguridad del lugar, que medicina legal de la Policía informe sobre su estado de salud y que el cuerpo médico forense del poder judicial evalúe si puede realizar una pericia médica al niño.
Por su parte, la defensora de los Derechos de Niñez y Adolescencia, Natalia Stornini, detalló horas después que en este tipo de casos se entiende que “hubo negligencia y abandono”.
También detallaron que registraba marcas en su cuerpo, que luego de las primeras pericias, se supo que fueron producto de los movimientos que hizo en la butaca.
Hasta el momento no hay ninguna imputación y en el relevamiento de las cámaras de seguridad del lugar, se pudo ver el momento en el que el padre baja solo del auto y olvida a su hijo en el interior. Después de una semana de internación, su estado fue considerado como “irreversible” y sobre la noche de este martes, finalmente murió.