El suministro de carbón en muchas centrales térmicas era peligrosamente bajo, lo que provocaba apagones diarios en varios estados. Los apagones llamaron la atención sobre la antigua dependencia india del carbón, que se emplea para producir el 70% de la electricidad en el país.
La situación pone sobre la mesa la urgente necesidad india de diversificar sus fuentes de energía, ante las previsiones de que la demanda de energía crezca más que en ningún otro lugar del mundo durante los próximos 20 años, una estimación de la Agencia Internacional de la Energía asociada al desarrollo de un país densamente poblado.
El desabastecimiento coincidía con altas temperaturas que han llevado a las autoridades a cerrar escuelas, han provocado incendios en enormes vertederos y marchitado cosechas cuando una primavera fresca dio paso de pronto a un calor abrasador.
India registró su marzo más cálido desde 1901, y las temperaturas medias en abril en algunas zonas en el norte y el centro del país fueron las más altas en 122 años, según el Departamento Indio de Meteorología. Las temperaturas alcanzaron los 45 grados Celsius (113 grados Fahrenheit) en 10 ciudades la semana pasada, aunque se esperaba que los cielos nublados y la lluvia llevasen algo de alivio pronto.
El cambio climático ha hecho más altas y frecuentes las olas de calor, que ahora son probables en India cada cuatro años en lugar de cada cinco décadas como antes, indicó Friederike Otto, científica climática en el Imperial College de Londres. Por eso, India necesita prepararse con rapidez para aumentos récord en el consumo energético.
Los cortes de luz perjudicaban a la economía, que se recuperaba tras los cierres de la pandemia, y podrían afectar a servicios esenciales como los hospitales, indicaron los expertos. Muchos estados, como Uttar Pradesh, Punjab, Haryana y Rajasthan, sufrían apagones de hasta siete horas.
Gran parte del país tuvo una primavera fresca antes de un brusco aumento de las temperaturas. “Entonces, la demanda empezó a subir de pronto y los inventarios bajaron mucho, mucho más rápido de lo previsto”, dijo Vibhuti Garg, economista de energía en el Institute for Energy Economics and Financial Analysis. “Y esto se convierte en una situación de pánico a que (las centrales eléctricas) vayan a empezar a quedarse sin carbón muy pronto”.
Los cortes de luz, según los expertos, se deben menos a la falta de carbón que a las previsiones inadecuadas de demanda y a los planes para transportarlo.
Parte de ese déficit podría haberse cubierto con carbón importado, señaló Garg. Pero los precios globales se han disparado desde que Rusia invadió Ucrania, lo que lo deja fuera del alcance las empresas indias de distribución eléctrica, siempre cortas de efectivo.
Los analistas esperan que la demanda caiga en las próximas semanas, especialmente si remite el calor, pero es probable que repunte en julio y agosto impulsada por la creciente humedad y la temporada de siembra en algunos estados indios. También comienza el monzón, cunado las fuertes lluvias pueden inundar las minas de carbón y afectar a la minería y al suministro.
El cambio climático agrava las olas de calor y hará el desabastecimiento de energía más habitual ante una demanda en alza. Pero los expertos señalan que la solución no es abrir nuevas minas o añadir más carbón al mix energético indio, algo que sólo aumentará los gases de efecto invernadero que atrapan más calor en la atmósfera.
“Debemos centrarnos de forma agresiva en impulsar la energía renovable y hacerla más fiable. De lo contrario seguirán produciéndose los mismos problemas, porque somos demasiado dependientes de una única fuente de energía”, dijo Sunil Dahiya, analista del Center for Research on Energy and Clean Air.