La Organización Mundial de la Salud (OMS) conscientiza a los países miembros a tomar medidas urgentes de control para que niños y jóvenes no consuman cigarrillos electrónicos, ya que es otro factor de riesgo para la salud.
El ente internacional de salud señala que “no solo se ha demostrado que los cigarrillos electrónicos no ayudan a abandonar el tabaquismo, sino que hay pruebas alarmantes de sus perjuicios para la salud”.
De acuerdo con las evaluaciones que la OMS realiza, estableció que las autoridades han permitido la comercialización libre de los cigarrillos electrónicos y por la fuerte presión ejercida sobre los jóvenes para que los consuman.
“En la actualidad, 34 países prohíben su venta, 88 países no han establecido una edad mínima para comprarlos y 74 carecen de normativas sobre estos productos nocivos.”, puntualizó.
El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, ha explicado: «Los cigarrillos electrónicos se promocionan a personas muy jóvenes para engancharlos a la nicotina. Las autoridades nacionales deben actuar con firmeza para prevenir el consumo de estos productos y proteger así a sus ciudadanos, sobre todo a los niños y los jóvenes».
Sustancias tóxicas cancerígenas
La OMS enfatiza que los cigarrillos electrónicos con nicotina son perjudiciales para la salud y muy adictivos.
“Aunque no se conocen del todo sus efectos a largo plazo en la salud, se ha demostrado que liberan sustancias tóxicas que son cancerígenas o que aumentan el riesgo de sufrir trastornos cardíacos y pulmonares. Además, pueden afectar al desarrollo del cerebro y causar trastornos del aprendizaje en los jóvenes. Se sabe también que la exposición del feto a los cigarrillos electrónicos que utiliza la madre puede perjudicar su desarrollo, incluso en la calle, cualquier transeúnte puede sufrir los efectos de las sustancias que emiten estos productos”, se indicó.
Por otro lado el Dr. Ruediger Krech, director del Departamento de Promoción de la Salud de la OMS, señaló el peligro que existe en las redes sociales.
“Las empresas y los influencers promocionan entre los niños cigarrillos electrónicos con más de 16 mil sabores distintos a través de las redes sociales. En algunos casos se utilizan personajes de dibujos animados y diseños elegantes que atraen a la generación más joven. El consumo de cigarrillos electrónicos entre los niños y los jóvenes está creciendo de forma alarmante y, en muchos países, llega a niveles superiores a los de los adultos”.
Toda exposición a material promocional de los cigarrillos electrónicos en las redes sociales, por breve que sea, puede generar el deseo de probarlos y actitudes positivas hacia ellos.
Estadísticas alarmantes
El ente de salud internacional también compartió estadísticas alarmantes en cuanto a la edad de mayor consumo de cigarrillos electrónicos.
Señala que entre los niños de 13 a 15 años está a tasas más altas que entre los adultos en todas las regiones de la OMS. Por ejemplo, en Canadá, se duplicó entre los jóvenes de 16 a 19 años entre 2017 y 2022, y en Inglaterra (Reino Unido) se ha triplicado en los tres años más recientes.
Los estudios muestran sistemáticamente que los jóvenes que consumen cigarrillos electrónicos tienen casi tres veces más probabilidades de fumar cigarrillos posteriormente.
Controles estrictos
Es necesario tomar urgentemente medidas para prevenir el consumo de cigarrillos electrónicos y contrarrestar la adicción a la nicotina, al tiempo que se adopta un enfoque global del control del tabaco que tenga en cuenta las circunstancias de cada país.
● Los países que prohíben la venta de cigarrillos electrónicos deben velar por que se cumplan las normativas que así lo establecen y por hacer un seguimiento y una vigilancia que ayude a aplicarlas estrictamente y a introducir medidas de salud pública.
● Los países que permiten comercializar cigarrillos electrónicos como artículos de consumo (es decir, venderlos, importarlos, distribuirlos y fabricarlos) deben aplicar una reglamentación estricta para que resulten menos atractivos y menos nocivos para la población, por ejemplo, prohibiendo que incorporen sabores, limitando la concentración y la calidad de la nicotina y gravándolos con impuestos.