La conferencia de vida silvestre de las Naciones Unidas presentó la propuesta panameña para ampliar la protección a las especies de tiburón más expuestas ante las capturas para la venta de sus aletas y cuya población se ha visto reducida por el comercio desmesurado.
La nueva regulación, apoyada por 88 de los 183 países asistentes a la cumbre en Panamá, supone la inclusión de las 54 especies de tiburones réquiem en el Apéndice II de CITES. Esta inclusión implica que por primera vez se establecen controles al comercio internacional de estas especies, que son especialmente perseguidos para el consumo de su aleta con la que se hace la sopa de aletas de tiburón, considerado un majnar en Asia.
En la Conferencia de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, que arrancó el lunes y tiene una agenda de dos semanas, también fue aprobada una propuesta que amplió la protección para los tiburones martillo de cuerpo pequeño.
Eso significa que los países que vendan y comprenden aletas y carnes de cualquiera de las especies de tiburón réquiem o las especies de martillo de estructura pequeñas tendrán que hacerlo bajo los controles o regulaciones de Cites.
Por ejemplo, deberá realizar estudios que avalen que las exportaciones de las especies en mención no van a afectar a su población. Antes, al no haber comercio regulado, estas transacciones pasaron como no registrado, no reportado e incluso ilegal, con respecto a las especies réquiem y martillo.
La CITES reúne a representantes de 184 naciones y debaten sobre las medidas comerciales sobre alrededor de 600 plantas y animales en peligro de extinción. También se recomendarán regulaciones de comercio internacional menos restrictivas para otras nueve especies.