El Papa Francisco presidió este Domingo de Resurrección la misa de Pascua en la plaza de San Pedro; frente a unos 45 mil fieles que se congregaron para escuchar el mensaje del Santo Padre. “Cristo ha resucitado. Jesús, el Viviente está con nosotros para siempre”; dijo el Sumo Pontífice durante su mensaje.
Durante la eucaristía que fue transmitida en vivo por Vatican News, El papa Francisco pidió que obtengamos la fuerza para perseverar en el bien, hacia el encuentro del Bien que no defrauda. “El mayor pecado es no creer en la fuerza de la Resurrección”, hoy, afirmó, creemos y “sabemos que Cristo verdaderamente resucitó”.
Creemos en Ti, Señor Jesús, creemos que contigo la esperanza renace y el camino sigue. Tú, Señor de la vida, aliéntanos en nuestro caminar y repítenos, como a los discípulos la tarde de Pascua: «¡La paz esté con ustedes!»”
El Resucitado nos pide que nos dejemos sorprender por el gozoso anuncio de la Pascua, por la luz que ilumina las tinieblas y las oscuridades que se ciernen tantas veces sobre el mundo; enfatizó.
Papa Francisco hace una petición especial por países en conflicto
Francisco también hizo una petición especial al Señor resucitado, por los países que se encuentran en conflicto, o aquellos que viven crisis sociopolíticas y humanitarias; en ese sentido se refirió a Ucrania y Rusia, así como a Turquía y Siria por el reciente terremoto que los arrasó. También a Jerusalén por los ataques de los últimos días entre israelíes y palestinos; así como las crisis humanitarias en Túnez y Líbano.
También se refirió a Haití y África, en donde persisten los problemas sociopolíticos y humanitarios; así como hechos de violencia como en la República Democrática del Congo; y que consolide los procesos de paz entre Etiopía y Sudán del Sur.
El Santo Padre también pidió por Nicaragua, y otras naciones que enfrentan situaciones difíciles para profesar su fe. Su oración al resucitado es que sostenga a las comunidades cristianas que están celebrando la Pascua en “circunstancias particulares, como en Nicaragua y en Eritrea”, y pidió al Señor por todos aquellos a quienes se les impide profesar libre y públicamente.
Recuerda a los presos políticos, refugiados y migrantes
Por último, Francisco pidió a Jesús que conforte a los refugiados, a los deportados, a los prisioneros políticos y a los migrantes, especialmente a los más vulnerables, así como a todos aquellos que sufren a causa del hambre, la pobreza y los nefastos efectos del narcotráfico, la trata de personas y toda forma de esclavitud.
“Inspira, Señor, a los responsables de las naciones, para que ningún hombre o mujer sea discriminado y pisoteado en su dignidad; para que en el pleno respeto de los derechos humanos y de la democracia se sanen esas heridas sociales, se busque siempre y solamente el bien común de los ciudadanos, se garantice la seguridad y las condiciones necesarias para el diálogo y la convivencia pacífica”.