Decenas de camiones llegaron el martes a las afueras del último reducto que le queda al grupo Estado Islámico en el este de Siria, dispuestos a evacuar a los civiles atrapados en la asediada localidad.
Un portavoz de la milicia siria respaldada por Estados Unidos que encabeza la ofensiva contra el Estado Islámico dijo que lanzarán un operativo militar contra el enclave si los extremistas no se rinden.
El operativo sería lanzado una vez que los civiles puedan ser sacados del lugar y separados de los aproximadamente 300 combatientes que quedan dentro, dijo Mustafa Bali, vocero de las Fuerzas Democráticas de Siria.
El Estado Islámico, que hace unos años declaró su “califato” en la franja de territorio que controlaba entre Irak y Siria, ahora domina solo un trozo fronterizo entre los dos países. En esa localidad, a orillas del río Éufrates, los extremistas se confunden entre los civiles al pie de una colina, rodeados por milicias ansiosas de declarar victoria sobre la agrupación.
“Estamos tratando de separar a los civiles, o de evacuarlos, para luego lanzar una ofensiva contra el lugar”, dijo Bali a The Associated Press.
Unos 40 civiles, entre ellos una mujer francesa, salieron del enclave la mañana del martes al parecer tras pagarle a contrabandistas, dijo un miembro del grupo de médicos voluntarios Free Burma Rangers.
Al atardecer ya no había indicios de salidas de civiles. Al otro extremo del enclave se realizaba un bombardeo por parte de la coalición encabezada por Estados Unidos.