Una leve lluvia cayó el miércoles en partes del norte de California, en anticipación de una tormenta del Pacífico que se prevé traerá fuertes lluvias y vientos que podrían desatar deslaves en la zona que el año pasado fue devastada por el incendio más mortal de la historia del estado.
Los caudales de ríos pequeños y arroyos podrían subir, desbordarse y arrastrar escombros en áreas de la zona quemada, como el condado de Butte. Fue en esta zona donde el incendio Camp dejó 86 muertos y destruyó casi 15.000 casas en noviembre.
Se prevé que la tormenta llegue el miércoles por la tarde y continúe hasta el jueves.
Se emitió una advertencia de evacuación para Pulga, comunidad en un cañón del norte del estado. El pueblo de Paradise, al lado de Pulga, fue prácticamente incinerado hace dos meses.
El Servicio Nacional de Meteorología emitió avisos de inundación para el condado a partir del miércoles por la tarde.
“Si hay inundaciones, esto podría tornarse rápidamente en una situación peligrosa y de vida o muerte”, advirtió el Departamento de Policía del Condado de Butte.
Debido a que ésta podría ser la tormenta más fuerte del año y podría provocar lluvias fuertes en el área de la bahía de San Francisco, se emitieron alerta de inundaciones súbitas a partir de la tarde. Se programaron alertas de inundaciones y vientos para el área de Sacramento, y el servicio de meteorología advirtió que ráfagas podrían causar apagones, atorar el tráfico y desarraigar árboles.
Una advertencia de tormenta de nieve para casi toda la Sierra Nevada y Lake Tahoe entrará en vigor el miércoles por la noche, y meteorólogos pronostican que se podría acumular hasta 1,5 metros (cinco pies) de nieve en las zonas montañosas y podría haber ráfagas de hasta 161 kph (100 mph) en las cimas.