En Río de Janeiro, un pequeño grupo de estudiantes se congregó frente a la Legislatura estatal para entregar una carta como si fuera escrita en el futuro, en que se lamenta la pérdida de las costas, la selva amazónica y la fauna brasileñas.
“Nosotros los brasileños del futuro les preguntamos a ustedes: ¿Acaso hay algo más importante que proteger la vida y garantizar la calidad de vida para la futura generación? No, no hay”, dice la carta.
En otras ciudades, jóvenes se declararon en huelga o salieron a las calles a protestar.
Bolsonaro sostiene que las regulaciones para la protección del ambiente son excesivas e inhiben el desarrollo económico. El presidente ha iniciado gestiones para que el Ministerio del Ambiente no tenga jurisdicción sobre los recursos de agua y forestales del país.
Su ministro del ambiente ha tildado el cambio climático de “un tema secundario”.