Sin mucho brillo y sin la presencia de su principal estrella, Jude Bellingham, apartado de la lista de convocados por lesión, el Real Madrid impuso su jerarquía en Alemania frente al Leipzig.
Con una ligera ventaja, tras un golazo de Brahim Díaz, la figura del partido, los de Ancelotti se llevaron la ida de los octavos de final de la Champions League.
Andrey Lunin, el portero ucraniano, también fue clave en el partido. Fue protagonista de nueve atajadas, y se convirtió en un elemento importante para Ancelotti dentro del terreno de juego.
Con este marcador y partiendo como favorito para la vuelta en el Santiago Bernabéu, el Real Madrid disputará dentro de 15 días el segundo juego de la serie frente al conjunto alemán.
Además de tener el marcador a su favor, el equipo español también afrontará el cierre de los octavos frente a su afición. Esto, en años pasados, ha sido un punto indispensable para el equipo madrileño.