El Ministerio Público de Portugal ha acusado a un cura de 87 años y a tres falsas monjas de nueve crímenes de esclavitud cometidos en la congregación religiosa de la Fraternidad Misionaria de Cristo Joven, ubicada en una localidad portuguesa Requião, informa la revista Observador. El caso fue denunciado en 2015, pero los abusos se remontan a 30 años atrás.
Según el Ministerio, el sacerdote y las tres mujeres siempre actuaban siguiendo el mismo esquema, escogiendo a “jóvenes de raíces humildes con bajas calificaciones o emocionalmente delicadas, que tuvieran el deseo a integrarse en una comunidad espiritual de raíz católica y que fueran devotas y temerosas de Dios”.
Después, convencían a las jóvenes de que Dios las había elegido y que si rechazaban la vida religiosa, sufrirían castigos ‘divinos’ en forma de problemas familiares o muertes en la familia.
A partir de ese momento, las jóvenes seguían las órdenes del padre Joaquín Malheiro y de las otras acusadas, siendo sometidas a “agresiones físicas, insultos, presiones psicológicas, tratos humillantes y castigos”. Asimismo, las ‘monjas’ las obligaban a hacer trabajos pesados y restringían su libertad, a lo que se unía la mala alimentación y una deficiente asistencia médica. A modo de castigo, las obligaban a desnudarse en el jardín, a dormir en el suelo con un perro e incluso les prohibían bañarse.
Según el mensaje del Ministerio, los acusados “decidieron reclutar jóvenes para que hicieran todas las tareas diarias requeridas para la conservación y el mantenimiento de las instalaciones de la institución” creando para ello un clima de terror.
Según la publicación, una de las víctimas se suicidó en 2004, después de vivir en la congregación durante 20 años.