Tres meses antes de iniciar la defensa de su título en la Copa Mundial femenina, las jugadoras de la selección de Estados Unidos redoblaron su pulseada legal con la Federación Estadounidense de Fútbol en procura de igualdad de oportunidades y salario.
Las jugadoras presentaron el viernes una demanda por discriminación de género contra la federación. Radicada en un tribunal federal, las jugadoras acusan a la federación (USSF) de “discriminación de género institucionalizada”, lo que incluye que no reciben los mismos salarios que sus colegas del combinado masculino.
La selección femenina lleva años planteando sobre temas relacionados con la igualdad de género y exigieron un pago equitativo en la última negociación de su contrato colectivo hace dos años.
“Creo que mucha gente nos mira a nosotras, a la selección, la voz colectiva que tenemos y lo que defendemos, como fuente de inspiración y fuerza. Nos ven como aliadas en esta lucha más trascendental por la igualdad y los derechos humanos”, dijo la atacante Megan Rapinoe, una de las capitanas de la selección y veterana de 149 partidos internacionales.
Las 28 integrantes del más reciente seleccionado presentaron la demanda en un tribunal de distrito en Los Ángeles, amparándose con la Ley de Igualdad Salarial y el Título VII de la Ley de Derechos Civiles.
La demanda, que busca un estatus colectivo, se presentó en el Día Internacional de la Mujer. Al pedir cobrar por daños y prejuicios, las futbolistas exigen pago retroactivo.
“Creemos que es nuestro deber ser los ejemplos que nos hemos planteado ser y luchar por lo que sabemos que legalmente nos merecemos”, indicó la delantera Christen Press a The Associated Press. “Y ojalá que eso inspire a mujeres en todas partes”.
, pero indicó en un comunicado que “respalda el objetivo de las demandantes de eliminar la discriminación de género de la USSF”.