“Somos un país totalmente comprometido contra la xenofobia”, dijo el presidente Cyril Ramaphosa en un video colocado en Twitter. “No permitimos ni podemos tolerar ataques a personas de otros países africanos”.
La policía salió a los barrios de Johannesburgo y Pretoria al prolongarse la violencia por tercer día.
Se detuvo a más de 90 personas en cinco zonas afectadas por la violencia. Muchos negocios estaban destruidos y saqueados, y otros permanecían cerrados ya que sus propietarios temían regresar.
“No existe la menor justificación para personas que atacan a gente de países extranjeros, destruyen sus propiedades e incluso las matan porque tienen la sensación de que les quitan sus empleos”, declaró Ramaphosa. “Esto debe terminar”.
El lunes, los gobiernos de varios países africanos advirtieron a sus ciudadanos residentes en Sudáfrica que tomen precauciones y expresaron su disgusto ante la ola de ataques a los negocios extranjeros.
La embajada de Etiopía aconsejó a sus ciudadanos que cierren sus tiendas “hasta que regrese la paz”, según la prensa etíope, y el ministerio de Transporte y Comunicaciones de Zambia advirtió a los camioneros zambianos que no viajen a Sudáfrica.
El gobierno nigeriano fustigó a la policía sudafricana por su respuesta “ineficaz” a los ataques a sus ciudadanos.
El canciller nigeriano Geoffrey Onyeama calificó la violencia de “nauseabunda” y dijo que su gobierno “decididamente tomará medidas”, sin especificarlas.