Por ERIC NÚÑEZ / AP
Kylian Mbappé irritó al fútbol sudamericano en mayo, cuando salió a decir que Argentina y Brasil no juegan partidos de “mucho nivel” en el proceso de las eliminatorias para clasificarse a la Copa del Mundo.
Entrevistado por un canal deportivo de Brasil, el astro de la selección de Francia atizó que en Sudamérica el fútbol “no está tan avanzado como en Europa”. Y remarcó que los más recientes campeones mundiales — incluyendo su propio país en 2018 — han sido los europeos.
Las respuestas al delantero incluyeron todo tipo de comentarios, matizando entre la afrenta por sentirse menospreciados y la perplejidad.
Lionel Messi, compañero de Mbappé en Paris Saint-Germain, salió a decir que los europeos no tienen idea alguna de la exigencia de las eliminatorias sudamericanas, en la altura de La Paz o el calor de la costa caribeña de Colombia.
El técnico de Brasil Tite subrayó que la competición en Sudamérica rumbo al Mundial tiene un grado de dificultad por encima a Europa: “Nosotros no tenemos, con todo el respeto, que jugar con Azerbaiyán… no tenemos esos partidos que te dan un respiro”.
Sebastián Abreu, el retirado delantero cuyo penal a lo “Panenka” en 2010 selló la victoria que catapultó a Uruguay a las semifinales del Mundial por primera vez en cuatro décadas, dijo que a Mbappé le faltó leer más en Wikipedia: “Porque ellos jueguen con europeos no significa que esos europeos son de primer nivel”.
Sudamérica está sacando el pecho al acercarse el Mundial. Sus cuatro selecciones palpitan algo grande.
Brasil quiere su sexto título, amparándose con Neymar y una camada de jóvenes extremos. Argentina presume de un invicto de 35 partidos y Messi está feliz y jugando como nunca con su selección.
Uruguay se ilusiona con ir lejos gracias a Luis Suárez y Edinson Cavani en el que sería su cuarto y último Mundial, escoltados por Federico Valverde y Darwin Núñez, talentos menores de 25 años que se han destacado en sus clubes europeos los últimos meses.
Y Ecuador regresa tras perderse la cita de Rusia 2018 y —con una promisoria generación de jóvenes— tiene entre ceja y ceja sortear un grupo en el que enfrentará a Holanda, Senegal y el anfitrión Qatar.
Todos pretenden romper el yugo europeo en la copa.