El amargo empaté que el FC Barcelona rescató el domingo en su casa frente al Granada, penúltimo de la tabla general, abrió aún más el debate sobre la continuidad de Xavi en el banquillo culé, pese a que el entrenador español anunció hace más de dos semanas que a final de temporada se marchará.
El conjunto blaugrana desaprovechó la oportunidad de acortar distancia con el Girona, que el sábado cayó goleado frente al Real Madrid, y de alargar distancia con el Atlético, que había perdido contra el Sevilla. Las cosas, sin embargo, no le salieron al equipo de Xavi y solo un 3-3 pudo rescatar de Monjuic.
AMBIENTE TENSO EN EL VESTUARIO
Varios medios, cercanos al conjunto culé, coincidieron en que, tras el término del partido, Joan Laporta, presidente del conjunto blaugrana, acabó enfadado y lanzando cualquier objeto en el palco. Minutos más tarde convocó a una reunión de urgencia, a la que asistieron Deco, director deportivo, y Xavi.
Estos mismos medios aseguraron que Laporta mostró su cabreo y luego de esa tensa reunión abandonó Monjuic.
XAVI, EN LÍMITE
Si bien el entrenador culé aseguró que dejará el banquillo en junio próximo, su salida podría precipitarse. Una eliminación frente al Napoles en los octavos de la Champions League, llevaría a Laporta a tomar la dura decisión de cesar de su cargo a Xavi Hernández.
El FC Barcelona, más allá de lo deportivo, ha visto la Champions League como una importante fuente económica. La idea es avanzar a cuartos de final, para duplicar el dinero que el equipo recibió por participar en la competición y triplicar las cifras por haber avanzado a octavos de final. Sin embargo, una inminente eliminación supondría ceros beneficios.