Jon Snook, jefe de operaciones de la aerolínea, dijo que la compañía no había tenido “un incidente de esta naturaleza en la historia reciente”. El vuelo estaba lleno, con 278 pasajeros y 10 tripulantes.
Veinte personas fueron trasladadas a hospitales, 11 de ellas en estado grave, recomendadas Jim Ireland, director de los Servicios Médicos de Emergencias de Honolulu.
Al menos una persona habría perdido el conocimiento en un momento dado, según reportes, pero todos los pacientes estaban despiertos y hablaron cuando llegaron a hospitales, añadió.
Los pacientes sufrieron cortes, algunos en la cabeza, así como golpes y magulladuras. Algunas personas sufrieron náuseas y vómitos debido a los movimientos extremos, señaló. En total, 36 personas recibieron tratamiento.
“También nos alegramos muchos y nos sentimos afortunados de que no hubiera muertes ni otras lesiones críticas. Y confiamos en que todos se recuperan por completo”, dijo Ireland.
Entre los heridos había tres asistentes de vuelo, dijo Snook.
Una de las pasajeras, Kaylee Reyes, dijo a Hawaii News Now que su madre se acababa de sentar cuando comenzó la turbulencia, y no tuvo la oportunidad de abrochar su cinturón de seguridad. “Ella salió volando y se pegó con el techo”, comentó Reyes.
Snook dijo que el interior de la aeronave había sufrido algunos daños durante las turbulencias. El aviso de cinturón de seguridad estaba encendido en el momento, aunque algunos de los heridos no lo llevaban puesto, dijo.
Thomas Vaughan, del Servicio Nacional de Meteorología en Honolulu, dijo que había habido un aviso de posibles tormentas eléctricas que abarcaba a Oahu y otras zonas que habían incluido la trayectoria del vuelo al momento del incidente.