El jonrón de Carlos Rivero desencadenó toda una fiesta en las tribunas: los varios miles de venezolanos festejaron eufóricos ese batazo de dos carreras que alejaba a Venezuela en la pizarra en su choque contra México en la apertura de la Serie del Caribe de béisbol.
Poco después, los aficionados reanudaron su coro de protesta: “¡Se va a caer, ese gobierno se va a caer!”, en alusión al asediado gobernante socialista Nicolás Maduro. “¿Qué queremos en Venezuela? ¡Libertad!”, era otro de los gritos.

Un buen puñado de aficionados venezolanos, que llegaron en los últimos años a Panamá huyendo de la profunda crisis política y económica en la nación petrolera, acudió el lunes por la noche al inicio del principal torneo del béisbol profesional caribeño para respaldar a su representante los Cardenales de Lara y como una manera de desahogarse ante el agravamiento de la situación en su país natal.
La serie inicialmente se iba a jugar en Barquisimeto, la ciudad de los Cardenales, pero le fue retirada debido a la nueva escalada de la crisis en Venezuela.
“Esta es una oportunidad para acompañar a nuestro equipo en un deporte que nos gusta y gritarle a Maduro que se largue ya”, dijo Margarita Álvarez, una caraqueña de 52 años que vestía la camiseta de la selección nacional de fútbol de Venezuela. “Esta noche fue muy linda porque disfrutamos y exigimos al mismo tiempo libertad”.

Mientras Álvarez hablaba en las afueras del estadio Rod Carew, un grupo levantaba una pancarta con el signo de “No” sobre la cara de Maduro.
No se tuvo de inmediato una cifra oficial de la concurrencia, pero según estimaciones de la policía algo más de 5.000 venezolanos se desplazaron al Rod Carew, en la periferia de la capital, para ver el partido, que Venezuela terminó ganando 5-1, gracias a un sólido dominio de sus lanzadores y al jonrón de Rivero en el cierre de la sexta entrada que amplió el marcador.