La presidenta de Honduras, la izquierdista Xiomara Castro, cumple este viernes su primer año de mandato con varios desafíos pendientes, mientras se empeña en sacar adelante su cruzada contra la corrupción, mal endémico en el país.
Al tomar las riendas del país el 27 de enero de 2022, la esposa del derrocado mandatario Manuel Zelaya (2006-2009) prometió “refundar” el Estado con una campaña contra las mafias y la inseguridad, así como mejoras en educación, salud y empleo, problemas que estimulan la emigración hacia Estados Unidos de unos mil hondureños cada día.
Este primer año hubo avances en “el saneamiento de las finanzas del Estado y el rescate de los bienes públicos secuestrados en manos privadas”, dice Castro en un video grabado en Argentina, donde participó en la Cumbre de CELAC.
No obstante, ciudadanos hondureños y analistas consultados por la AFP no logran consenso al evaluar su gestión.
El sacerdote jesuita y analista Ismael Moreno afirma que “han sido muy pobres” las “respuestas” de la presidenta ante los complejos problemas de Honduras.
“Xiomara Castro tiene la responsabilidad de hacerle frente a enormes tareas con claridad, con firmeza, para no seguir aumentando el escepticismo y la desesperanza en la población, después de haber cumplido un año de muchas expectativas sin haberlas podido cumplir”, indica Moreno, también defensor de los derechos humanos.
“Decisiones rápidas”
A pesar de los retos pendientes, como la promesa de construir hospitales, el sociólogo y académico Marco Tinoco resalta que en este primer año hubo “una transición de un régimen autoritario a un régimen democrático, o a mayores niveles de democracia, con avances en la estrategia anticorrupción”.
“El gobierno ha venido implementando medidas extremas para enfrentar el delito de la extorsión [muy extendido en Honduras]. La ciudadanía valora positivamente que se estén implementando estas medidas, porque ve alguna mejoría”, señala el profesor de la Universidad Nacional.
Por su parte, el presidente del influyente Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Mateo Yubrín, ha declarado que sabía anticipadamente que “este primer año iba a ser muy difícil para la nueva administración”.
“Desde el sector privado vamos a esperar y exigir resultados a partir del inicio del segundo año”, indica el jefe de la Cohep, quien señala que se necesita “un gobierno más ágil, que tome decisiones rápidas”.