El gobierno de Donald Trump impuso el lunes sanciones a la compañía petrolera estatal de Venezuela, en una medida dirigida a aumentar las presiones sobre el presidente Nicolás Maduro para que ceda el poder a la oposición.
El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca John Bolton y el secretario del Tesoro Steven Mnuchin anunciaron las medidas, que buscan además respaldar al líder opositor Juan Guaidó, a quien Washington reconoció la semana pasada como mandatario legítimo de Venezuela. Las sanciones incluyen una congelación de bienes que la compañía tenga en Estados Unidos y prohibir que los estadounidenses hagan negocio con la misma.
“Estados Unidos hará que rindan cuentas aquellos responsables por el trágico deterioro de Venezuela y continuará usando todo su arsenal de herramientas económicas y diplomáticas para respaldar al presidente interino Juan Guaidó, la Asamblea Nacional y los esfuerzos del pueblo venezolano para restaurar su democracia”, dijo Mnuchin.
“La designación de PDVSA hoy ayudará a evitar que más bienes de Venezuela sean malversados por Maduro y a preservar esos bienes para el pueblo de Venezuela. El sendero a la eliminación de sanciones a PDVSA pasa por la transferencia de control al presidente interino y un gobierno subsiguiente elegido democráticamente”, agregó.
El senador republicano Marco Rubio, fuerte crítico de Maduro que ha llamado a imponer esas sanciones, saludó la decisión antes de que fuese anunciada.
“La familia criminal de Maduro ha usado PDVSA para comprar y mantener el apoyo de muchos líderes militares”, dio Rubio. “El petróleo le pertenece al pueblo venezolano y por tanto el dinero que gana PDVSA de su exportación le será devuelto ahora al pueblo por medio de su gobierno legítimo y constitucional”.
Es poco probable que las sanciones afecten los precios del combustible para los consumidores, pero sí a las refinerías, especialmente a las situadas en la costa del Golfo de México en Estados Unidos.