La ofensiva contra el último reducto del grupo Estado Islámico en el este de Siria se ha topado con un obstáculo inesperado: la presencia de cientos de civiles que siguen viviendo allí, dijo el viernes el comandante de la fuerza kurda que participa en los combates.
Las fuerzas respaldadas por Estados Unidos, llamadas Fuerzas Democráticas Sirias, lanzaron la ofensiva hace una semana en la aldea de Baghuz, después de que 20.000 _muchos de ellos mujeres extranjeras casadas con combatientes del Estado Islámico_ fueron evacuados por vía de un corredor en la provincia de Deir el-Zur.
El comandante de las FDS, Adnan Afrin, dijo que en los últimos días combatientes del grupo extremista han sacado a cientos de civiles de túneles subterráneos para que las FDS y la coalición multinacional estén al tanto de su presencia.
Calculó que unos 1.000 civiles, entre ellos mujeres y niños, siguen en la zona y que los rebeldes los están usando como escudos humanos.