Paul Manafort, exdirector de la campaña presidencial de Donald Trump, fue sentenciado a casi cuatro años de cárcel por fraude fiscal y bancario relacionado con su trabajo como asesor de políticos ucranianos, un castigo mucho menor de lo que se recomendó en las pautas de sentencia.
En una silla de ruedas debido a complicaciones de la enfermedad de la gota, Manafort no mostró ninguna expresión visible el jueves, cuando escuchó la sentencia de 47 meses.
Aunque fue la pena más larga hasta la fecha que surge de la investigación del fiscal especial Robert Mueller, pudo haber sido mucho peor para Manafort. Las directrices de sentencia marcaban un periodo de 20 años tras las rejas, lo que sería prácticamente una cadena perpetua para el hombre de 69 años.
El presidente Trump dijo el viernes que se sentía “muy mal” por Manafort.
“Creo que ha sido un momento muy, muy duro para él”, dijo Trump antes de salir de Washington en el avión presidencial con rumbo a Alabama, donde inspeccionará los daños causados por varios tornados.
El juez T.S. Ellis III, al comentar las cartas de referencia enviadas por amigos y familiares de Manafort, dijo que éste había vivido una vida ” por lo demás intachable”.
Manafort ha estado encarcelado desde junio, por lo que recibirá crédito por los nueve meses que ya ha estado en prisión. Todavía se enfrenta a la posibilidad de recibir más tiempo tras las rejas por un caso separado en el Distrito de Columbia, donde se declaró culpable de cargos relacionados con cabildeo ilegal.
Antes de que el juez le impusiera la sentencia, Manafort afirmó: “decir que me siento humillado y avergonzado sería quedarme corto”. Sin embargo, no se disculpó explícitamente, algo que Ellis hizo notar antes de imponer la sentencia.