La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) advierte en su último informe que este sector tendrá “efectos secundarios que serán de gran alcance y podrían transformar el transporte marítimo”, debido a la pandemia Covid-19.
La actividad comercial marítima se contrajo inicialmente un 3,8% en 2020, pero que posteriormente se recuperó y ahora prevé un aumento de 4,3% para el año en curso. Aunque las perspectivas a mediano plazo siguen siendo positivas, desde la UNCTAD advierten que están sujetas a riesgos e incertidumbres crecientes”, asegura el informe.
Según la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), se adoptaron protocolos necesarios para continuar con los servicios, en base a lo recomendado por UNCTAD, ha generado buenos resultados, pero que como consecuencia, algunos precios de las importaciones y exportaciones han encarecidos entre un 25% a un 40% sobre el valor del producto.
Otros incrementos
El informe de UNCTAD destaca que el transporte marítimo también sufre las limitaciones de suministro en el transporte de contenedores y que, pese a una disminución del 16% el año pasado, las compañías navieras aumentaron sus pedidos para la construcción de nuevos buques en 2021.
Igualmente, advierte que aumentarán considerablemente los precios de las importaciones y para el consumidor si continúa el actual aumento de las tarifas de los fletes de los contenedores.
El análisis prevé un aumento medio de los precios de las importaciones a nivel mundial de un 11% por esta circunstancia y alerta de que para los pequeños Estados insulares en desarrollo se podrían incrementar hasta un 24%.
Falta de mano de obra
Pese a la recuperación, se resalta en el estudio es que la pandemia dejó al descubierto e incrementó problemas ya existentes en el sector, como la falta de mano de obra o las carencias en materia de infraestructuras, y otros nuevos como los cambios de tripulación afectados por los cierres de fronteras y la falta de vuelos internacionales que dejaron a cientos de miles de marinos varados en alta mar, sin poder ser reemplazados o repatriados.
Para solucionar este problema, se sugiere realizar el programa de la atención urgente de los Estados de pabellón, de los rectores de puertos y de los proveedores de mano de obra e insiste en que todos los Estados deberían formar parte de los instrumentos jurídicos internacionales pertinentes, como el Convenio sobre el Trabajo Marítimo de 2006.
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