Concienciar a la población acerca de la importancia de la reforestación, es una de las razones por las que el Instituto Nacional de Bosques -INAB- anunció la campaña “Sembrando huella” con la que se plantarán más de 400 mil árboles.
Desde la óptica de la institución encargada de velar por la adecuada conservación de la zona forestal en el país:
La campaña , que año con año la venimos desarrollando y promoviendo a nivel nacional, básicamente consiste en llevar árboles a comunidades o colonias que las personas las requieran y que los puedan plantar, con el objetivo de sensibilizar acerca de la importancia de este recurso, natural renovable que es muy importante para nosotros como guatemaltecos” Martir Vásquez, subgerente INAB.
Fecha de inicio de la “Sembrando Huella”
La campaña dará inicio el próximo 22 de mayo, dado que en esa fecha se ha considerado para reconocer la importancia de los árboles en el ecosistema. En ocasión de esta fecha y su emergente atención, el INAB, junto a sus colaboradores, iniciarán a sembrar varias hectáreas de terreno.
El consultado por esta razón, agregó que:
Ya sea por los beneficios, los bienes y servicios que nos provee, con un conglomerado, como bosque, en tanto en la fijación del CO2 como también el proveernos materia prima para poder generar empleo en el área rural, así como reactivar la economía nacional guatemalteca”
Razones de la deforestación en el país
El Viceministerio de Desarrollo Económico y Rural -VIDER- del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación -MAGA- indica que varios estudios demuestran la magnitud de la deforestación provocada por la mano criminal del ser humano en Guatemala. En el año 1950 se estimó que la cobertura forestal en el país era de 6.973,924 hectáreas, la cual para el año 2010 se ha reducido a 3.722,595 hectáreas.
Otro parámetro importante a analizar es la disponibilidad de bosque per cápita, ya que se ha reducido considerablemente a lo largo del tiempo, como consecuencia de la magnitud de la deforestación observada y el incremento de la población; en el año 1950 era de 2.50 hectáreas por habitante, en 1978 se había reducido a 1.0 hectárea y en el 2010 fue de solamente 0.26 hectáreas.