Cuando María Eugenia Pirona se fue de Venezuela y se radicó en España hace seis meses, había perdido toda esperanza de que las cosas mejorasen en su patria. Abogada y ex funcionara pública, Pirona ya no llevaba una vida desahogada en medio de la creciente agitación política y económica.
Su pensión había sido reducida y, al igual que le pasó a todos los venezolanos, la hiperinflación hacía que sus ahorros no sirviesen de mucho. Cuando fue agredida por matones partidarios del oficialismo por su oposición a los gobiernos de Hugo Chávez primero y Nicolás Maduro después, decidió que había llegado la hora de irse. Vendió su auto y se compró un pasaje a España, dejando a su madre y su casa.
Ahora que el dirigente opositor Juan Guaidó se declaró presidente interino y fue reconocido por Estados Unidos y otros países, Pirona espera que pronto podrá regresar a Caracas.
“Qué alegría que llegó la libertad… que se sacó al usurpador”, dijo Pirona el miércoles pasado, mientras observaba una manifestación de miles de venezolanos en Barcelona que salieron a las calles poco después de que Guaidó se declarase presidente interino. “Vamos a regresar a ayudar a Venezuela a levantarse”.
Según la Organización Internacional para las Migraciones, la diáspora venezolana pasó de las 695.000 personas viviendo en el exterior en el 2015 a 2,3 millones el año pasado. En la vecina Colombia, la cantidad de venezolanos subió de 48.000 a 870.000 en ese lapso y miles más se fueron a otros países de América Latina y a Estados Unidos.
La cantidad de personas nacidas en Venezuela que viven en España subió de las 165.000 del 2015 a 255.000 el año pasado, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas de España.
Igual que tantos otros venezolanos que cruzaron el océano y vinieron a España, Pirona es una profesional que se ve obligada a hacer lo que sea para sobrevivir. Tiene 55 años y dice que a su edad es difícil empezar de nuevo. Por ahora limpia casas mientras espera que se procese su pedido de asilo.
Si bien España no reconoció de inmediato a Guaidó, como sí hicieron Estados Unidos, Canadá, Brasil y otras naciones, Pirona no tiene nada que reprocharle al país que la recibió.
“Nos dan apoyo, no están de acuerdo con lo que sucede en Venezuela”, manifestó. “Le estoy muy agradecida a España”.