Peregrinos de diferentes lugares de Guatemala, así como de otros países, llegan a venerar al Cristo Negro de Esquipulas, en el departamento de Chiquimula, agradecidos por haberles brindado salud, trabajo, y algunos agricultores agradecidos por sus cosechas.
Datos históricos
El trabajo de los misioneros en estas tierras del oriente fue dando poco a poco su fruto, luego de tantos esfuerzos fue creciendo la cristiandad, aumentaron los bautismos y el amor a la nueva religión. Por esos años los habitantes del lugar decidieron mandar a esculpir una imagen de Jesús Crucificado de quién tanto les habían hablado sus evangelizadores. En el año 1594 la cosecha de algodón fue muy grande y lograron reunir una buena cantidad de dinero para poder lograr sus deseos de tener una imagen de Jesús.
Los habitantes del lugar les pidieron a sus misioneros que ellos hicieran el trabajo de buscar a algún escultor que les hiciera dicha imagen. Es así como el Provisor del Obispado de Guatemala, Don Cristóbal de Morales hace un contrato con el escultor de origen portugués Quirio Cataño, residente en la Ciudad de Santiago de Guatemala, antigua capital del Reino de Guatemala, quien se compromete a efectuar el trabajo que le ofrecen.
Por otro lado, la tradición oral indica que cuando los responsables de recoger la imagen en la ciudad de Santiago de Guatemala iban en su viaje de regreso, quienes los observaban se quedaban admirados por la belleza de la misma y pedían que el crucificado permaneciera con ellos por una noche, finalmente la imagen llegó a Esquipulas el 9 de marzo de 1595.
Existen versiones que afirman que el escultor utilizó madera oscura para esculpir la imagen y que se pareciera al tono de piel de los habitantes de Esquipulas, sin embargo, durante una restauración realizada a la imagen se determinó que fueron los años de exposición al humo de veladoras los que le proporcionaron su tono oscuro.