Estados Unidos aprobó vacunas contra el Covid-19 con fórmulas que se dirigen a las variantes que circulan actualmente, en un momento en que las infecciones vuelven a aumentar.
Las nuevas autorizaciones son para vacunas actualizadas de Moderna y Pfizer que protegen de un tipo de la variante ómicron. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) concluyó que los beneficios de las vacunas superan los riesgos para quienes tienen más de seis meses de edad.
Comunicados
En sendos comunicados ambas empresas afirmaron que esperan que sus vacunas estén disponibles en farmacias y clínicas en los próximos días.
Un panel convocado por los Centros para Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) se reunirá el martes para ofrecer recomendaciones clínicas sobre quién debe recibir las vacunas actualizadas.
Sin embargo, el gobierno del presidente Joe Biden ha insistido en aplicar anualmente dosis de refuerzo de la vacuna y se espera que los CDC tomen ese rumbo.
Política contraria
Esta política sería contraria a la de gran parte de Europa, donde los refuerzos se recomiendan generalmente a los adultos mayores o a quienes presentan un mayor riesgo debido a enfermedades subyacentes. Eso ocurre por ejemplo en Reino Unido, Francia y Alemania.
Las vacunas actualizadas de Moderna y Pfizer apuntan a la variante XBB.1.5, que en gran medida ya ha desaparecido en Estados Unidos. Sin embargo, según la FDA, resiste bien frente a cepas más recientes como EG.5 y BA.2.86.
Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Estados Unidos cesaron el estado de emergencia de salud pública en mayo, los estadounidenses deberían poder seguir recibiendo las nuevas vacunas gratuitamente a través de seguros privados y programas subvencionados por el gobierno.
¿Para quién las vacunas?
Los especialistas tienen opiniones encontradas sobre quiénes deben recibir las nuevas inyecciones.
Otros, sin embargo, preferirían que Estados Unidos aplicara una estrategia más selectiva.
Tecnología
Tanto las vacunas de Pfizer como las de Moderna, basadas en la tecnología del ARNm, conllevan riesgos poco frecuentes de inflamación cardíaca, especialmente entre los hombres jóvenes, por ejemplo.
El Covid-19 causó un estrago mundial al matar a unos 7 millones de personas, según la OMS. Pero gracias a las vacunas, la inmunidad previa y mejores tratamientos, el virus se tornó manejable.