Marta tiene 21 años de edad y pese a la pandemia logró encontrar un empleo como recepcionista en una oficina a 15 kilómetros de su hogar, debía abordar diariamente dos autobuses para llegar a su destino laboral y la misma cantidad para retornar a casa. Para ella encontrar un trabajo que le permita generar ingresos en medio de esta situación fue una verdadera bendición.
Un día se retrasó y para llegar mas pronto a su casa, decidió tomar uno de los taxis colectivos que prestaban el servicio cerca de donde laboraba.
Todo parecía normal, iban varias personas a bordo, pero conforme avanzaban, los pasajeros iban llegando a su destino y se bajaban y para infortunio de Marta, ella parecía ser la última en bajar.
Cuando notó que solo quedaban ella y el conductor, este se desvió indicando que tomaría un extravío ante el tumultuoso tránsito vehicular, y se metió por unos callejones. Ella asustada tomó su celular para alertar a un familiar pero el piloto le arrebató el celular y forcejeo con ella hasta someterla.
Lo peor ocurrió y fue víctima de una violación. Posteriormente el hombre la dejó en el lugar semidesnuda y sin sus pertenencias. Desde entonces su vida dio un giro de 180 grados y han transcurrido 6 meses desde entonces, pero el temor y las secuelas de lo ocurrido siguen presente para ella, quien tuvo que renunciar porque teme salir a la calle de nuevo y actualmente atraviesa una serie de secuelas que le impiden continuar con su vida habitual.
Y es que aunque Marta este recibiendo terapia psicológica, que su familia con mucho esfuerzo le paga, tanto los profesionales como sus allegados explican que tomará tiempo superar este horrible episodio.
Estadísticas del Ministerio Público
De acuerdo con las autoridades de Ministerio Público (MP) en Guatemala se registran diariamente entre 24 a 25 violaciones sexuales, es decir, mientras usted lee este artículo, alguna mujer, niña, niño o adolescente este siendo violentado por algún familiar, conocido o desconocido en algún punto del país.
De acuerdo con la secretaría de la Mujer del ente investigador, Lucrecia Vásquez, entre las principales víctimas se encuentran mujeres y niñas. En un bajo porcentaje hay niños y adolescentes también son víctimas de estos abusos.
Según las autoridades del MP este tipo de delitos se registran principalmente dentro de los hogares. Es decir, donde las personas debiesen permanecer seguros, muchas veces es todo lo contrario. Pero también ocurren en otros lugares, como en el transporte público, como le ocurrió a Marta, que a decir de autoridades esta situación se da cuando las unidades del transporte se quedan vacías y hay personas que aprovechan estas situaciones para cometer el abuso sexual.
En los últimos meses se ha registrado un incremento comparado con el año 2019, que se registraban de 18 a 19 violaciones cada día.
Ahora tenemos registros de entre 24 a 25 diarias en los últimos meses. Esta situación en preocupante, también lo vemos como cierta incidencia derivado del Covid-19 y el confinamiento que ha colocado a mujeres, niñas e incluso los niños, a sufrir estas agresiones, señaló Lucrecia Vásquez, de la secretaria de la mujer del MP.
La Secretaria de la Mujer detalla que los principales agresores se ubican en el círculo familiar y estos pueden ser: abuelos, padres, tíos, o demás familia.
Referente a los departamentos, los que presentan la mayor cantidad de violaciones sexuales son: Guatemala, Quetzaltenango y Alta Verapaz.
Hombres también son víctimas de violaciones
Aunque se considere inverosímil y termine siendo objeto de burla, los hombres también son víctimas de violaciones sexuales. Autoridades refieren que este tipo de situaciones se da en niños, adolescentes y hombres jóvenes, pero en el caso de los dos últimos, estos evitan denunciar este tipo de situaciones por temor a sufrir un estigma por parte de la sociedad y su entorno cercano.
Profesionales de la salud mental destacan que muchos hombres han sido abusados sexualmente y esto afecta de igual manera que a las mujeres, pero en su mayoría no se atreven a denunciar y ni siquiera a comentarlo, principalmente por temor a burlas, una situación que psicólogos consideran debe cambiar, ya que ninguna persona debería ser víctima de un violación sexual.
Secuelas de por vida
Psicólogos refieren que una persona que ha sido agredido sexualmente es afectado a largo plazo o incluso de por vida, especialmente los menores de edad. En su mayoría deben lidiar con traumas y una serie de problemas entre los que se encuentran una baja autoestima, miedos o fobias, sentimiento de suciedad, vergüenza y culpabilidad, hipersexualización o temor al sexo, anorexia, depresión, psicosis, dificultades para relacionarse, dependencia, drogadicción, autolesiones, o incluso el suicidio.