La marcha, que recorrió unos tres kilómetros, se efectuó en medio de incidentes aislados protagonizados por encapuchados que atacaron a la policía, que reaccionó lanzando gruesos chorros de agua y gases lacrimógenos.
Los incidentes se iniciaron en momentos en que los estudiantes habían recorrido unas ocho cuadras, cuando decenas de encapuchados se descolgaron de la marcha y empezaron a lanzar proyectiles hacía la policía, levantaron barricadas con mobiliario público, como contenedores de basura, y las incendiaron.
Los sujetos dañaron mobiliario público y, lejos del inicio de la marcha, desestabilizaron a un motorista policial, intentaron golpearlo en el suelo y le lanzaron piedras mientras se refugiaba en una cercana patrulla de la policía.
Entre las numerosas pancartas que se vieron en la caminata figuraba una en que se leía: “¡A sacar el mercado y el patriarcado del aula!” y “¡Tú futuro tiene deudas!”.
Las demandas actuales de los jóvenes no difieren de las esgrimidas por centenares de miles de estudiantes que participaron en el inicio de las movilizaciones estudiantiles en 2011, aunque desde hace más de un año sí sumaron a sus exigencias la igualdad de género y del fin a los abusos sexuales en el ámbito universitario.
La exigencia del fin del endeudamiento es la misma desde comienzos de los 2000 y pese a avances en las universidades públicas que ahora cuentan con unos 257.000 jóvenes estudiando gratis por provenir del 40% de los grupos más vulnerables de la sociedad, de los aproximadamente 1,3 millones de estudiantes universitarios, hay miles siguen endeudados con los bancos y centenares de miles deben endeudarse por estar fuera de la gratuidad.
La dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990) puso fin a la gratuidad de la educación universitaria en 1981, cuando facilitó la creación de universidades privadas que, bajo un modelo económico de libre mercado, llevó a que los planteles aumentaran de un puñado a comienzos de los ochenta a las 61 existen actualmente, varias de las cuales han quebrado.
La gratuidad en las universidades públicas volvió en 2016, bajo el segundo gobierno de la expresidenta Michelle Bachelet (2014-2018), aunque está muy lejos de la gratuidad universal, como planteaba la exmandataria.
Actualmente los jóvenes siguen endeudándose para obtener un título universitario, deudas que al egresar deben seguir pagando. En el caso de los estudiantes que contrajeron deudas con la banca, están impedidos de obtener créditos, por ejemplo, para comprar una casa.