Miles de feligreses católicos de diferentes nacionalidades del istmo centroamericano y de otros países de latinoamérica como México, se dan cita el 15 de enero en la Basílica de Esquipulas, Chiquimula, para conmemorar el día del Señor de Esquipulas, a quien visitan para agradecer o pedir milagros.
Velas encendidas, penitencias y plegarias es lo que se observa en los alrededores de la basílica, en donde las personas hacen largas colas para poder venerar la imágen del Cristo Negro.
Peregrinos
Durante un recorrido en los alrededores de la Basílica se puede observar a cientos de guatemaltecos, pero también a los peregrinos que vienen de Nicaragua, Honduras, El Salvador, incluso México, como un grupo de 52 personas que viajaron desde Oaxaca.
Uno de los feligreses de este grupo comentó que cada año coordinan el viaje de 32 horas, -primero hacemos escala en Tapachula, luego viajamos a la capital de Guatemala, para llegar a Esquipulas-, indicó.
Otra mujer expresó que compra velas para los miembros de toda la familia y que le pide al Cristo Negro prosperidad para ellos y salud.
Nos sentimos alegres porque venimos con fé … con la fé que tenemos al Señor de Esquipulas. Cada año venimos y traemos estas velas… nosotros compramos velas y se las pasamos a ellos, es lo que venimos a pedir para ellos.
Siempre venimos a pedir trabajo, a pedir para que tengan algo y puedan hacer algo. Mi hijo ya tiene su casita y venimos a agradecerle por lo que nos ha dado”.
Guatemaltecos
Muchos guatemaltecos como doña Dominga Raymundo y su familia, emprendieron un viaje nocturno para aprovechar el día en el municipio y en la basílica. Ellos cuentan que procuran visitar al Cristo Negro, tres veces al año.
Siempre venimos, estamos bendecidos. Es importante conocer nuestro país, que no perdamos la costumbre y que demostremos que somos guatemaltecos, aquí hay milagros porque se siente y se mira”
Datos históricos
El sitio web -cristonegro.esquipulas.com.gt- destaca algunos datos históricos sobre la bella imágen.
“El trabajo de los misioneros en estas tierras del oriente fue dando poco a poco su fruto, luego de tantos esfuerzos fue creciendo la cristiandad, aumentaron los bautismos y el amor a la nueva religión. Por esos años los habitantes del lugar decidieron mandar a esculpir una imagen de Jesús Crucificado de quién tanto les habían hablado sus evangelizadores. En el año 1594 la cosecha de algodón fue muy grande y lograron reunir una buena cantidad de dinero para poder lograr sus deseos de tener una imagen de Jesús.
Los habitantes del lugar le pidieron a sus misioneros que ellos hicieran el trabajo de buscar a algún escultor que les hiciera dicha imagen. Es así como el Provisor del Obispado de Guatemala, Don Cristóbal de Morales hace un contrato con el escultor de origen portugués Quirio Cataño, residente en la Ciudad de Santiago de Guatemala, antigua capital del Reino de Guatemala, quien se compromete a efectuar el trabajo que le ofrecen.”
Por otro lado la tradición oral indica que cuando los responsables de recoger la imagen en la ciudad de Santiago de Guatemala iban en su viaje de regreso, quienes los observaban se quedaban admirados por la belleza de la misma y pedían que el crucificado permaneciera con ellos por una noche, finalmente la imagen llegó a Esquipulas el 9 de marzo de 1595.
Existen versiones que afirman que el escultor utilizó madera oscura para esculpir la imagen y que se pareciera al tono de piel de los habitantes de Esquipulas, sin embargo, durante una restauración realizada a la imagen se determinó que fueron los años de exposición al humo de veladoras los que le proporcionaron su tono oscuro.
Foto: Basílica del Santo Cristo de Esquipulas.