Los investigadores intentan desentrañar los motivos de un ataque a puñaladas que dejó cuatro agentes muertos en la sede de la policía de París, en tanto el gobierno francés sostuvo que no había indicios de que el agresor fuese un terrorista.
El agresor, un empleado administrativo de 45 años en la unidad de inteligencia policial, fue abatido luego del ataque del jueves.
La vocera del gobierno Sibeth Ndiaye dijo al noticiario France Info que los fiscales resolvieron iniciar una pesquisa sobre hechos que “no corresponden al terrorismo en esta etapa de la investigación”.
Los investigadores estudiaban la computadora y el teléfono celular del agresor en busca de indicios de un motivo. Además, interrogaban a su esposa y testigos.
Se cree que el hombre, que se convirtió al islam hace 18 meses, no se había radicalizado y no tenía una historia clínica de trastornos psiquiátricos, dijo un funcionario que habló bajo la condición de anonimato por tratarse de un proceso en curso.
El ministro del Interior, Christophe Castaner, dijo el jueves que el hombre jamás había exhibido problemas de conducta.
France Info y BFM TV informaron que la esposa del agresor declaró que su esposo, que era sordo, tuvo visiones e hizo declaraciones incoherentes la víspera del ataque.
Noam Anouar, del sindicato policial Vigi, dijo que el agresor tenía autorización para trabajar en la unidad de inteligencia policial.
Acerca del cuchillo de cerámica con el cual el agresor pudo entrar al edificio, la vocera policial Laetitia Vallar dijo a BFM TV que los agentes y administradores pueden entrar al inmueble con la sola exhibición de sus credenciales bajo supervisión de un oficial, sin que se los someta a inspección como al público en general.
Añadió que se ofreció apoyo psicológico a los agentes y empleados.
En el ataque murieron tres agentes y un empleado administrativo, y una persona resultó herida de gravedad.